Patek Philippe refuerza el espíritu vintage de este modelo, muy apreciado por los amantes de la alta mecánica relojera, dotándolo de una esfera opalina dorada de oro rosa. La legibilidad de la esfera, tanto de día como de noche, está garantizada por las cifras arábigas aplicadas y las agujas de horas/minutos de tipo seringue de oro con tratamiento antracita y revestimiento luminiscente blanco, y por un segundero pequeño a las 9 horas.

El calibre cronógrafo CH 29‑535 PS se distingue por su arquitectura, en la que se han integrado seis innovaciones patentadas, como los perfiles de dientes optimizados, un mejor ajuste de la penetración de los engranajes y martillos de puesta a cero autorregulables. Este movimiento presenta además varias particularidades técnicas que son el fruto de la misma atención prestada a la funcionalidad y al rendimiento. Su estética y sus acabados refinados pueden verse a través del fondo de cristal de zafiro transparente.